Levaba mucho tiempo queriendo escribir este post, pero es que no tengo ni un minuto libre, entre que tengo que estudiar para los exámenes de la Universidad, y que me he puesto a currar... no tengo nada de tiempo libre.
Quería comentar que esta época es una de las peores para la gente enferma con trastornos de la alimentación, llegamos a momentos límite en los que vemos tantísima comida, que creemos que es toda para nosotros y nos agobiamos.
No hay nada que temer, yo antes pensaba erróneamente, que como nunca me permitía comer más que lo que yo había admitido como válido en una lista mental, llegaban estas fechas señaladas y sentía que podía permitirme caprichos. Pero el tema está en que en el momento que pruebas un polvorón piensas, ala ya he destrozado toda la dieta del año, ya voy a pesar 1 kg más por esta derrota de hoy... así que ya que lo he mandado todo a la mierda voy a seguir zampando.
Claro que, lo que viene seguido de ese mega atracón de dulces navideños es el arrepentimiento y el asco por ti misma, por tu falta de autocontrol y por la grasa de tu cuerpo. Y como no, acto seguido vas corriendo al baño a vomitar hasta el trozo de manzana que has desayunado. Mucha gente que esté iniciando en esta enfermedad, puede creer que ahí acaba todo, pero no, al de un rato de llevar a cabo esta práctica vas a sentir el vacío de tu vida en el estómago, y vas a iniciar un bucle en el que te aconsejo desde la experiencia que no entres.
Pues eso, que por comer un polvorón en estas fechas, o ensaladilla rusa o cordero no pasa absolutamente nada de nada. Pensad que si el año tiene 365 días, si 65 de ellos os saltáis la "dieta" el balance al cabo del año va a seguir siendo positivo, así que don't worry que la vida es solo una y está hecha para ser disfrutada, no la perdáis contando calorías ni restringiendo alimentos, ya que el placer de comer es uno de los mejores de la historia.
Un besito a todos, gracias por leerme.
¡¡FELÍZ NAVIDAD Y FELÍZ AÑO NUEVO!!